El termino violencia económica como tal es un concepto complejo tanto en lo que se refiere a su identificación como conceptualización, debido a que tendemos a asociar la palabra violencia a otro tipo de hechos, cuyas manifestaciones son visibles y por ello facilmente reconocibles. No obstante la violencia económica nos ayuda a identificar de forma clara el impacto que ha tenido en los proyectos de vida de las personas todo el proceso de acumulación de riqueza por parte de los grandes capitales. Y aunque la violencia económica sigue siendo invisible gran parte de la población mundial ya esta sufriendo sus efectos.
Según Naciones Unidas el concepto de violencia económica es el conjunto de acciones, omisiones y políticas que “impiden el crecimiento profesional o laboral de las mujeres, y provocan una limitación de sus ingresos económicos, así como la discriminación salarial respecto a los hombres por el desempeño de las mismas responsabilidades o actividades”.
La eliminación de la violencia económica como forma de violencia de género ha comenzado a formar parte de los objetivos de las políticas de igualdad en todo el mundo. Hoy por hoy se reconoce lo imbricado que están ambas realidades y lo urgente de su abordaje. En Euskadi la ley 4/2005, de 18 de febrero, para la Igualdad de Mujeres y Hombres aborda, en su título III, medidas para promover la igualdad en diferentes áreas de intervención y su capítulo IV se centra en el tema del trabajo. Algunos de sus propuestas son: